«La forma cooperativa rompe el proceso de soledad que tiene la literatura»

Sergio Alvez es autor de «Urú y otros relatos», una de las obras seleccionadas para la presentación en el Día de Misiones de la Feria Internacional del Libro. Texto original en http://www.primeraedicion.com.ar/nota/245895/la-forma-cooperativa-rompe-el-proceso-de-soledad-que-tiene-la-litera.html (mayo 2017)

La selección del libro “Urú y otros relatos”, de Sergio Alvez entre las obras misioneras que se presentarán próximamente al público en la Feria Internacional del Libro confirma el interés que despertó desde su aún reciente aparición esta obra narrativa de identidad misionera, presentada en el marco de una novedosa propuesta editorial de carácter cooperativo. 

El oído atento al habla regional y el registro de personajes inmersos en la vida cotidiana del interior provincial, junto a tramas emparentadas con la estructura del cuento clásico pero que se bifurcan facilmente de lo cotidiano hacia lo fantástico, definen la personal estética de Urú, un acercamiento a la narrativa regional inmune a los estereotipos del género y en línea con la mirada crítica sobre la realidad  propia de la nueva generación literaria argentina. 
 
“Para una cooperativa que incursiona en la edición de literatura es una oportunidad enorme poder mostrar esta obra en un espacio tan importante como el de la Feria Internacional”, expresó  Alvez, en declaraciones a este diario en las que definió sus puntos de vista sobre la creación literaria y en especial, insistió en el carácter cooperativo de su obra y su arraigo en la realidad del interior misionero. 
 

El autor de Urú no se limita a ponderar la ventaja de contar con el trabajo colectivo en las áreas de edición o difusión de la obra, sino que aclara que “al tener detrás la militancia de muchos compañeros y compañeras el compromiso es mayor. Eso ayuda a poder difundirlo y que circule, ya sea porque hay personas que entienden que tiene un valor literario o artístico, pero también entendiendo que es un producto cooperativo y me atrevería a decir que es la primer obra literaria narrativa editada en forma cooperativa en la provincia. También se juegan esas cosas y para mí está bueno y permite un poco romper todo el proceso de soledad que tienen la escritura”, subrayó Alvez. 
 
“Participar en la Feria del Libro -contó- era uno de los objetivos que teníamos, tanto yo como autor como la cooperativa”.
 
“Yo integro -amplió- la cooperativa de comunicación Superficie, que a su vez edita la Revista Superficie (digital) de la cual soy director, y es un proyecto que como cooperativa decantó en un área audiovisual, por ejemplo, que hizo  un documental sobre violencia obstétrica llamado “Las formas de nacer”, que recorrió salas de este y otros países y es un material cooperativo del cual estamos muy orgullosos, y hemos hecho otros trabajos, pero uno de los últimos fue la edición del libro Urú, de mi autoría”. 
 
Libro abierto 
En sus 37 años, este joven escritor posadeño ya tiene detrás una sólida experiencia periodística, ejercida en medios locales y, principalmente, en la revista digital Superficies, de la cooperativa homónima; en la que vuelca su veta ensayística y su visión crítica de la problemática social misionera. Sus primeras obras, “Desviento” y “La mano en el corazón” fueron publicadas en tiradas artesanales, de pocos ejemplares y en forma independiente; la última fue editada por la cooperativa en forma totalmente artesanal y una tirada de cinco ejemplares.
 
“Ahora a este libro lo tomo un poco como el primer libro, con una tirada un poco mayor y la edición pensada de otra forma, con presentaciones, y el plus de ser un producto cooperativo”, dijo el autor. 
 
El uso de las redes sociales, mediante las que anticipa algunos relatos en tiempo real, y se comunica con los lectores es otro rasgo inusual de Urú. 
 
“En la etapa de edición y distribución la cooperativa es un respaldo positivo, pero además es importante la posibilidad de poner al servicio de la cooperativa los materiales que uno viene trabajando, y saber que eso puede nutrir a otras ideas y decantar en otros proyectos, como por ejemplo, la serie-web”, indicó el escritor. 
 
Urú en la Red 
La serie es un proyecto elaborado por el área audiovisual de la Cooperativa Superficie que sintetizó en una única historia de once capítulos los 47 relatos de Urú. El proyecto se presentó al Instituto Nacional del Cine y Artes Audiovisuales y obtuvo de ese organismo los fondos necesarios para financiar el rodaje. 
 
En mayo se empiezan a grabar los once capítulos, “me pone muy contento que se haya generado esa serie, porque es también una forma de generar trabajo remunerado, que para nosotros como cooperativistas es muy importante”, resumió Alvez. 
 
Otra derivación inusual de la obra literaria fue al decisión del dibujante que hizo la portada y, con contento con ello, se propuso elaborar una nueva ilustración para cada uno de los 47 relatos, poniéndolos a la venta en beneficio de la cooperativa y difundiéndolos por Internet. 
 
Alvez relata que cómo la forma de edición permite también que el libro llegue a distintos lectores y espacio. Es interesante, primero para ver cuántos libros se venden, pero  además para lograr algún tipo de devolución, y en eso estamos también muy satisfechos, porque hay una gran diversidad de lectores y lectoras”.
 
Lectura atenta
Para el autor de Urú, la posibilidad de contar con una devolución de parte de diferentes lectores que aportan una lectura atenta “es algo impagable”. 
 
“Creo que la lectura atenta y que lleva a las personas incluso a hacer algún tipo de comentario de lo leído, en estos tiempos de consumo informativo voraz y tan demencial en su celeridad y demás -que no permite retener casi nada- es para mí, como productor de textos, realmente un milagro, y más tratándose de ficción”. 
 
Momento íntimo
Respecto a la estructura del cuento clásico, predominante en los 47 relatos de Urú, Alvez destaca su deuda con el escritor Abelardo Castillo, “un autor que me interesa mucho, aunque no leí toda su obra, y él decía que escribir es corregir, directamente. También menciona a un autor contemporáneo Pablo Ramos, “que también fue de alguna forma discípulo de Abelardo Castillo, de él sí leí toda su obra y creo que con el tiempo se le reconocerá e lugar que merece, junto a escritores como Borges o Cortázar”. 
 
“Cuando era más joven, pensaba que había algo sagrado en el primer rapto, o impulso, y eso no se tenía que modificar desde la frialdad de la corrección; pero después me di cuenta que era una creencia ilusa. Claramente, los textos corregidos, en la búsqueda de mejorarlos en su estructura, se perfeccionan, como un mueble o un cuadro”, reflexiona Alvez. 
 
“Sobre todo, es importante -indicó- tener la conformidad de uno como lector, eso es fundamental. Si hubo una exigencia en ese sentido, es más probable que a otro le guste, uno trabaja para eso en la literatura. El círculo del escritor y de la escritura se competa con la mirada del lector, eso es así”. 
 
“Para mí, el encuentro de una persona con un libro es un momento de una gran intimidad, puede ser un momento político o cultural pero para mí leer un libro es un acto de la más profunda intimidad”, concluyó. 
 
Esencia
“Yo creo que cuando uno escribe de lo que realmente pudo ver y conoce, es más fácil transitar hacia situaciones que pueden definirse como de ficción, pero están sostenidas en personajes y escenarios que uno conoce. Te podés mover también con más libertad, a pesar de estar acotándote a tu propio mundo, pero la imaginación circula muy segura por ahí. Quizás por que tuve la oportunidad de vivir en varias partes de la provincia y me siento arraigado en la vida del interior, donde residí diez años”, explicó Alvez en cuanto a la íntima relación de sus relatos con la realidad misionera, y el uso del habla coloquial que la caracteriza.
“La verdad es que estuvo los últimos diez años viviendo en el interior de la provincia, que para mí es uno solo, y quiero volver algún día, me gusta el interior”, agregó Alvez, y añadió que, en cuanto a su literatura, que “sí, al no haber de mi parte una forma predeterminada, la forma del relato tiene que ver con el método, quizás, con tener muy en cuenta quién está hablando cuando; si el personaje es de El Soberbio; un cordobés que está viviendo en Posadas hace diez años, o un tarefero con un dialecto más cercano a Corrientes, en la zona de Colonia Liebig, o sea, es tener en cuenta quién habla, y tratar de reflejarlo fielmente”.
“Es muy rico todo el bagaje de palabras como lo refleja Hugo Amable en su obra “Las formas del habla misionera”, un trabajo que alguien tendría que retomar, hay un lenguaje muy interesante en uso cotidiano en el interior que uno incorpora, no premeditadamente, por fidelidad a ese hablante”.

Publicado por mauricioalvez

Licenciado en Turismo Profesor Universitario en Turismo Especialista en Gestión de Políticas Públicas Comunicación, Computación, OSC

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